Nicolas Hayek el salvador de la industria relojera Suiza.
El tiempo es quizá uno de los factores que la humanidad ha querido capturar. Desde que nacimos nuestra existencia está marcada por el tiempo. La hora, y la fecha exacta del comienzo de esta aventura terrestre marca el comienzo de nuestras vidas, y a lo largo de la misma intentamos capturar los buenos momentos marcándolos con estos mismos datos, hasta el momento en que nuestro reloj biológico se acaba.
El hombre ha inventado desde hace siglos la forma de marcar estos acontecimientos, de ahí la creación del calendario, y más tarde a finales del siglo X la de los primeros “GuardaTiempos”, o “Reloj” como hoy lo conocemos.
El 19 de Febrero de 1928 en la ciudad de Beirut, nace aquel que sería el que le daría la grandeza a la industria relojera Suiza como hoy la conocemos, su nombre, Nicolas George Hayek.
Este “creador” (como el se define), es considerado el salvador de la relojería Suiza. El pasado 28 de Junio, el reloj biológico de Nicolas Hayek se detuvo, y esto sucedió dentro de sus oficinas en Biel, tal como lo hubiese querido.
Se autodefinía como “un muchacho de 25, dentro de un cuerpo de un hombre de 80”, así es como en lo personal supe de el por primera vez. Quizás el nombre del “Sr. Hayek”, como solíamos llamarle, no les suene muy familiar, pero permítanme contarles esta historia fantástica, tal como yo la conocí.
A finales de los años 70´s la relojería Suiza pasaba por una crisis importantísima, a esta crisis se le denomina dentro del argot de la industria como la “crisis del cuarzo”, donde básicamente la inclusión de esta tecnología en los relojes por parte de los japoneses, tenía en problemas a la soberbia industria Suiza. Ellos habían encontrado la forma de tener un reloj con una exactitud inigualable a un costo menor. Los suizos comenzaron entonces a perder credibilidad en cuanto a la fiabilidad de su producto.
Es ahí donde aparece Nicolas Hayek.
A principios de los años 80 es contratado como consultor para definir el valor de las compañías ASUAG (Allgemeine Schweizerische Uhrenindustrie AG), y SSIH (Société Suisse pour l’Industrie Horlogère), el cual era un holding conformado por unas de las marcas con mayor historia en la industria, Omega, Tissot y la manufactura de Lemania.
Los Japoneses habían ofrecido una cifra de 400 millones de CHS, sin embargo el Sr. Hayek convenció a los banqueros de no vender a los japoneses, y decidió aventurarse y comprar junto con un grupo de inversionistas.
El Sr. Hayek había encontrado durante su trabajo tres valores importantísimos dentro de estas compañías, se propuso re-inventar la manera de ver esta industria de billones de dólares, y que al día de hoy nos apasiona a muchos.
Estos tres valores son los siguientes:
1) El Valor de Swiss Made. El mundo reconocía la calidad de los relojes hechos en Suiza como el mejor de los estándares.
2) El Valor Personal. El reloj era un objeto apreciado como uno de los más personales y de mayor valor, es más, era objeto de herencia generacional, no importaba la marca, pero si el origen.
3) El valor del Status. Las personas sabían que portar un reloj de determinada marca les ofrecía un estatus especial con respecto a los demás. Mostraba parte de su personalidad, y su éxito.
Con estas tres cosas el Sr. Hayek supo que tenía en sus manos una aventura increíble. Ahora tenía que hacer lo que el más añoraba “crear”.
Había que competir con los Japoneses, también conseguir el suficiente cash flow para poder operar, y sobre todo, había que mostrarle al mundo la superioridad de Suiza en esta industria, y abracadabra!, surgió SWATCH. Esta máquina perfecta, este “guardatiempos” de plástico vendría a ser el reloj que ayudaría a salvar la industria, sería la mayor de las creaciones de Hayek.
Era un reloj de “cuarzo”, en una caja y brazalete de “plástico”, era “Swiss Made”, era “Dinamico”, y además contaba con un adelanto a nivel de la simplificación en la producción. El Sr. Hayek y su equipo lograron inyectar el mecanismo directamente en la caja del reloj, por tanto, eliminaban la “platina” (chasis donde va montado el mecanismo del reloj), y disminuyeron el número de piezas del reloj, de 90 que tradicionalmente eran, a tan solo 51. Esta genialidad impactaba considerablemente el costo de producción sin eliminar la calidad Swiss Made. Resultado, una marca, un producto, y un icono de la relojería moderna, lanzado en 1983 y que al día de hoy se conserva como una de las marcas favoritas de los coleccionistas de relojes. Quien no ha tenido un Swatch?.
Swatch le permite generar el cash flow necesario al Sr. Hayek para rescatar más de 40 empresas, y convertirse más tarde en el grupo relojero de mayor trascendencia en el mundo. Swatch Group al día de hoy es poseedor de 20 marcas de relojería, que incluye, Omega, Breguet, Tissot, Blancpain, etc…
Dentro del ramo de la producción de calibres (mecanismos del reloj) y fornituras (refacciones del reloj), se encuentran 23 compañias, donde resalta ETA, el mayor productor de calibres Suizos, utilizados por marcas como Cartier, Tag Heuer, Tudor, Baume & Mercier, entre otros. En resumen más del 90 % de los relojes de cualquier marca suiza poseen al menos una parte hecha por Swatch Group.
En 2007 en la feria de Basel, Hayek anuncio que Swatch Group no iba a vender más mecanismos a marcas que no hicieran un esfuerzo por “crear” su propia manufactura, y que solo se basaban en marketing. La declaración fue “Yo hice la primera revolución de la relojería Suiza y hoy voy a provocar la segunda”.
Año 2009. Crisis global, pero el Sr. Hayek miraba siempre esto como una oportunidad. Dicto que Swatch Group iba a remontar la crisis. El grupo reporto 5.421 billones de CHS en ventas en 2009 y un profit de 17.6%. Richemont poseedor de marcas como Cartier, reporto un profit en 2009 de 0.2%, y LVMH comandado por Louis Vuitton (la marca de lujo más importante del mundo), tan solo 0.53%, y una frase más del Sr. Hayek, “un buen empresario es como un artista, no deja de crear todo el tiempo, un administrador solo gestiona las cuentas, no arriesga su dinero. Yo no hago negocios, soy un creador”, nuevamente quedo demostrado.
Solo una anécdota más. Como buen “creador”, el Sr. Hayek intento hacer con los autos lo mismo que en los relojes, y junto con Mercedes Benz, creo Smart (Swatch Móvil Art), con la intención de hacer un auto hibrido de bajo costo. Al final Mercedes y el no llegaron a un acuerdo y vendió su parte de las acciones, pero el Smart anda aún por ahí.
Tuve la oportunidad de colaborar en Swatch Group algunos años y estar cerca del Sr. Hayek un par de veces, su personalidad era sencillamente impactante, solía tener un sentido del humor muy característico, y una agudez en sus opiniones indescriptible. Su voz, un tanto ronca y ahogada ponía a temblar cada vez que ponía en duda cualquier cifra que le llamase la atención.
No me queda más que decir gracias Sr. Hayek, gracias por Swatch, gracias por Smart, gracias por su tiempo.
“Quisiera crear una sociedad que permitiera a cada uno ser cada vez un poco más feliz, una que permita a cada quien sacar lo mejor de si mismo sin importar lo que haga o diga el vecino…”
Nicolas George Hayek 1928-2010.